Bruja o mujer hermosa

By | 2007-05-01

Este cuento lo saque del foro de PEL, fue posteado por Kim; me pareció bueno para compartirlo:

El joven rey Arturo fue apresado por el monarca del reino vecino mientras cazaba furtivamente en sus bosques.
El rey pudo haberlo matado en el acto, pues tal era el castigo para quienes violaban las leyes de la propiedad, pero se conmovió de Arturo y le ofreció la libertad, siempre y cuando en un año hallara la respuesta a una pregunta difícil.
La pregunta era:

“¿Qué quiere realmente la mujer?”
Semejante pregunta dejaría perplejo hasta al hombre más sabio y al joven Arturo le pareció imposible contestarla. Pero era mejor que morir ahorcado. Regresó a su reino y empezó a interrogar a la gente, pero nadie le pudo dar una respuesta convincente. Todos le aconsejaron que consultara a la vieja bruja, pues sólo ella sabría la respuesta.

Llegó el útimo día del año convenido y Arturo no tuvo más remedio que consultar a la hechicera. Ella accedió a darle una respuesta satisfactoria, a condición de que casarse con Gawain, el caballero más noble de la Mesa Redonda.
El joven Arturo la miró horrorizado: era jorobada y feísima; tenía un solo diente, despedía un hedor que daba náuseas, y hacía ruidos obscenos.
Nunca se había topado con una criatura tan repugnante.
Se acobardó ante la perspectiva de pedirle a su amigo de toda la vida que asumiera por él esa carga terrible. Al enterarse del pacto propuesto, Gawain afirmó que no era un sacrificio excesivo a cambio de la vida de su compañero y la preservación de la Mesa Redonda.
Se anunció la boda y la vieja bruja, con su sabiduría infernal, dijo:
“Lo que realmente quiere la mujer es ser soberana de su propia Vida”.

Y así fue, al oír la respuesta, el monarca vecino le devolvió la libertad.

Pero menuda boda fue aquella… Gawain se mostró cortés, gentil y respetuoso
mientras que la vieja bruja hizo gala de sus peores modales: engulló la comida directamente del plato sin usar los cubiertos, emitió ruidos y olores espantosos, etcétera, etc.
Llegó la noche de bodas y cuando Gawain, ya preparado para ir al lecho nupcial, aguardaba a que su esposa se reuniera con él, apareció ella con el aspecto de la doncella más hermosa que un hombre desearía ver.
Gawain quedó estupefacto y le preguntó qué había sucedido.
La joven respondió que como había sido cortés con ella, la mitad del tiempo se presentaría con su aspecto horrible, y la otra mitad con su aspecto atractivo.
¿Cuál preferirías para el día, y cuál para la noche?
¡Qué pregunta cruel!
Gawain se apresuró a hacer cálculos… ¿Querría tener durante el día a una joven adorable para exhibirla ante sus amigos y por las noches en la privacidad de su alcoba, a una bruja espantosa?
O prefería tener de día a una bruja, y a una joven hermosa en los momentos íntimos de su vida conyugal?

El noble Gawain replicó que LA DEJARÍA ELEGIR POR SÍ MISMA.
Al oír esto, ella le anunció que sería una hermosa dama, de día y de noche, porque él la había respetado y le había permitido ser dueña de su vida.

LA MORALEJA DE ESTE CUENTO ES QUE NO IMPORTA SI LA MUJER ES BONITA O FEA, EN EL FONDO SIEMPRE ES UNA BRUJA INTELIGENTE!

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